Historia de la fotografía dermatológica
1. Los inventores de la fotografía
El concepto de fotografía, “photography” en inglés, fue creado en febrero de 1839 por el astrónomo inglés John Herschel (1792-1871). Fotografía significa literalmente "escribir con la luz" y define al proceso que permite fijar en un soporte fotosensible la imagen captada por una camera obscura.
En 1839 se divulga en París el daguerrotipo. Primer proceso fotográfico dado a conocer públicamente. Fue inventado por el pintor y escenógrafo parisino Louis Mandé Daguerre (1787-1851). El daguerrotipo permitía fijar la imagen registrada en una camera obscura sobre una placa de cobre sensibilizada con sales de plata, y revelada por la acción del vapor de mercurio. Daguerre contó con la protección del político y astrónomo François Arago (1786-1853). Gracias al apoyo de Arago, Daguerre obtuvo una pensión vitalicia y la gloría de ser un inventor reconocido.
Los trabajos de Daguerre estaban basados en las investigaciones de Nicéphore Niépce (1765-1833), quien ya en 1816 consiguió fijar imágenes en materiales fotosensibles a través de una camera obscura. Niépce, agobiado por problemas económicos, se asoció con Daguerre, experto en el manejo de la camera oscura. A la muerte de Niépce en 1833, Daguerre prosiguió en solitario sus investigaciones hasta llegar al daguerrotipo.
Simultáneamente al anuncio del daguerrotipo, diversos investigadores habían conseguido imágenes estables captadas con una camera obscura y con materiales fotosensibles. Destacan los procesos de Hipolytte Bayard (1801-1887) y de Henry Fox Talbot (1800-1877).
2. La prehistoria de la fotografía médica
La aplicación de la fotografía a la medicina forma parte de un asunto mucho más amplio; la representación científica del cuerpo humano. Desde el Renacimiento se utilizan, de una manera sistemática, sistemas óptico-mecánicos para representar iconografía médica. La camera obscura es el instrumento más destacado. Encontramos una de sus mejores descripciones en un tratado de anatomía del siglo XVIII, la obra de William Cheselden (1868-1752) Osteographia (1733)1. La cámara iba provista de un objetivo de gran calidad, y de un largo fuelle que permitía la representación del modelo a la relación de aproximación 1:1 (tamaño natural). (figura 1)
Los moldes de cera fueron también una técnica de reproducción muy utilizada en dermatología. Gracias a la tridimensionalidad y al color, los moldes de cera daban un gran efecto de realismo. Curiosamente, los escultores anatómicos solían cobrar más que los fotógrafos:
“Desde 1868, la publicación regular de fotografías de enfermedades de la piel comenzaba a competir seriamente con los modelos anatómicos en cera: la fotografía científica penetraba así, poco a poco, en un mundo de manchas.”2
3. Los pioneros de la fotografía médica
Las primeras fotografías médicas son fotomicrografías. En 1840 Alfred Donné (1801-1878), médico del hospital de la Charité de París, diseñó una cámara de daguerrotipia adaptada especialmente a un microscopio. Entre 1844 y 1845 publicó junto con Léon Foucault (1819-1868) Cours de microscopie,3 con la reproducción en grabado de 80 daguerrotipos que contenían fotomicrografías de tejidos y fluidos humanos.
En la Exposición Universal de París de 1855 causaron sensación las fotomicrografías de Auguste Bertsch (¿-1871), entre las que se encontraban las imágenes de algunos parásitos que producían lesiones dermatológicas. Estas fotografías fueron conseguidas hacia 1850. Bertsch era un fotógrafo profesional que, además de sus trabajos fotográficos a través del microscopio, destacó en el retrato fotográfico de estudio. Fue miembro fundador, en noviembre de 1854, de la Société Française de Photographie.
La primera fotografía de un enfermo conocida fue el retrato de una mujer afecta de bocio. La imagen fue tomada en Escocia en 1844 por David Octavius Hill (1802-1870) y Robert Adamson (1821-1848).
En los Estados Unidos tuvo gran trascendencia la técnica de la daguerrotipia. Además de las fotografías de los casos más notables, se tomaron numerosos retratos de médicos norteamericanos trabajando y en el estudio del fotógrafo.
La neurología y la psiquiatría utilizaron muy pronto la fotografía. El fuerte desarrollo de la fotografía psiquiátrica coincide con el principal centro de atención de la fotografía general del siglo XIX: el rostro humano. El psiquiatra inglés Hugh Diamond (1809-1886) realizó entre 1848 y 1859 numerosas fotografías a sus pacientes. Desde 1852 el médico francés Duchenne de Boulogne (1806-1875) fotografió a enfermos de trastornos neurológicos.
Desde los orígenes del daguerrotipo encontramos referencias a la posible aplicación de la fotografía a la medicina y en particular a las enfermedades de la piel. El texto más antiguo que conocemos fue escrito en 1839 por el doctor Joaquín Hysern (1804-1883). Se encuentra en la introducción que hace a la traducción que él mismo escribe del manual de Daguerre, Exposición y descripción de los procedimientos del daguerrotipo y del diorama, traducido de la última edición francesa, corregida y considerablemente aumentada con notas, adiciones y aclaraciones que la ponen al alcance de todos.4 Veamos a continuación lo que nos dice Hysern:
"Aquellas artes tendrán modelos fieles que imitar y objetos de estudio continuos en estas copias de la naturaleza, cuya exactitud en los contornos en las proporciones y en los claros y obscuros, cuya delicadeza y suavidad de tintas superan con mucho a las obras maestras de los artistas más célebres: estas ciencias podrán procurarse por semejante medio y con suma facilidad, representaciones casi inimitables ya de los monumentos de la antigüedad, de las monedas, de las medallas, de los geroglíficos ó c., ya de los cuerpos naturales tales como los presenta la naturaleza, examinados a simple vista o aumentados con el microscopio, ya de las preparaciones anatómicas de las diversas partes del cuerpo de los vegetales, de los animales y del hombre, ya de los diferentes aspectos que presenta el cuerpo humano en varias enfermedades, especialmente en aquellas que afectan de un modo sensible el hábito exterior, tales como las afecciones cutáneas & C." (El subrayado es nuestro) 4
4. Las primeras revistas de medicina con fotografías
A partir de 1867 se publican en París revistas médicas con fotografías pegadas, generalmente eran copias en papel albuminado. La dermatología y la neurología son las especialidades médicas más usuales de estas publicaciones periódicas.
En 1867 Alfred Hardy y Aimé de Montméja empezaron a editar la Clinique Photographique de l'Hôpital Saint-Louis.5 Esta publicación trata exclusivamente de afecciones dermatológicas y fue la base del libro, Clinique Photographique des Maladies de la Peau6 (figuras 2-4). En ambas publicaciones las fotografías estaban directamente pegadas. Frecuentemente las fotografías estaban coloreadas a mano para resaltar la lesión, y de hecho fue la primera revista médica con fotografías de estas características. La dermatología fue, de este modo, la primera especialidad médica en contar con una revista fotográfica.
Entre 1869 y 1876 se publicó en París la Revue Photographique des Hôpitaux de Paris7 fundada por Désiré-Magloire Bourneville (1840-1909), A. de Montméja y J. Rengade. Aunque especializada en Neurología, esta revista publicó bastantes casos dermatológicos. En 1870 aparece en Filadelfia The Photographic Review of Medicine and Surgery8 editada por Frank. F. Maury (1840-1870) y L. A. Duhring (1843-1913). Entre 1876 y 1880 se publicó Iconographie Photographique de la Salpêtrière,9 editada por Désiré-Magloire Bourneville y Paul Régnard (1850-1927) en el Hospital de la Salpêtrière. También especializada en Neurología, pero con diversas fotografías dermatológicas. Desde 1876 se publica en Córdoba La Andalucía Médica,10 revista dirigida por el doctor Rodolfo del Castillo. En esta revista también se publicaron diversas fotografías dermatológicas. Entre 1888 y 1917 se publicó en París la revista Nouvelle Iconographie Photographique de la Salpêtrière.11
5. Los inicios de la fotografía dermatológica
Tal como ha estudiado Stanley Burns,12 la fotografía médica norteamericana fue muy precoz. Burns señala que en 1850 se publicó un grabado a partir del daguerrotipo de un paciente afecto de una quemadura en cara y cuello en la revista Medical Examiner de Filadelfia.13 El daguerrotipo original, encargado o tomado por el doctor S. P. Hulligen, data de 1848.
Poco después, en Abril de 1851, la revista Medical Examiner13 publica nuevamente una fotografía dermatológica, un caso de lupus daguerrotipado por Laughlin en 1850.12
5.1. Pierre Petit
En 1864 se tiene registrada una impresionante fotografía dermatológica realizada por Pierre Petit (1832-?), fotógrafo comercial y desde 1875 fotógrafo oficial de la Facultad de Medicina de París. Se trata de un caso de, según el diagnóstico de la época, “dermatolysis” (cutis laxa) de un enfermo del doctor Auguste Nelaton (1807-1873), cirujano de Napoleón III.14
5.2. Alexander Balmanno Squire
El médico londinense Alexander Balmanno Squire (1836-1908) fue el verdadero pionero de la fotografía dermatológica. En 1865 publicó en Londres el primer atlas fotográfico dermatológico, Photographs (coloured, from life) of the Diseases of the Skin.15 Esta obra fue también conocida como Atlas of the Diseases of the Skin. En 1869 Squire editó en Londres Coloured Photographs of Diseases of the Hair,16 con 22 fotografías coloreadas. En 1873 fue editor de la revista cuatrimestral Diseases of the Skin.17
La falta de sensibilidad espectral de los materiales sensibles de la época resaltaba muchas enfermedades de la piel.18 Los materiales ortocromáticos comercializados desde 1884 y, sobre todo, los pancromáticos, fabricados industrialmente desde 1906 y generalizados hacia 1930, mejoraron la fotografía general. Pero los nuevos materiales no registraban -ni registraban a finales del siglo XX- con suficiente contraste la piel humana. Por eso, hoy día, deberíamos utilizar un filtro verde al fotografiar la piel con las películas en blanco y negro pancromáticas convencionales.
5.3. El Hospital Saint-Louis
Las primeras fotografías sobre dermatología y enfermedades venéreas realizadas sistemáticamente, se tomaron desde 1867 en el Hospital Saint-Louis de París. Los responsables fueron los doctores Alfred Hardy (1811-1893) y de Aimé de Montméja. (¿-?). Louis Phillip Alfred Hardy era profesor de Patología y Dermatología en París y llegó a ser Presidente de la Academia de Medicina. Aimé de Montméja, oftalmólogo de formación, estudió fotografía a raíz de un encargo de Alfred Hardy.
En el verano de 1866, Hardy se interesó por las fotografías dermatológicas realizadas en el Reino Unido por A. B. Squire.15 Fruto de esta inclinación fue la publicación desde 1868 de diversas obras ilustradas con fotografías dermatológicas.5,6,7 En 1869 Hardy y de Montméja fundaron el primer Servicio de fotografía hospitalario reconocido oficialmente.
5.4. La fotografía dermatológica en Estados Unidos
El doctor Howard F. Damon (1833-1884) fue también un pionero en la fotografía dermatológica. Empezó a tomar fotografías dermatológicas en 1862. En 1867 Damon publicó en Boston Photographs of Diseases of the Skin,19 el primer atlas fotodermatológico de los Estados Unidos. Con fotografías realizadas por George Moore y A. H. Lincoln.12
Henry G. Piffard (1842-1910) publicó en 1876 el segundo manual norteamericano de dermatología An Elementary Treatise on Diseases of the Skin for the Use of Students and Practitioners. La obra incluía grabados y reproducciones fotomecánicas.20
El doctor George Henry Fox (1846-1937) de New York publicó valiosos trabajos de dermatología ilustrados con fotografías: Photographic Illustrations of Cutaneus Syphilis (1881)21 y Photographic Illustrations of Skin Disease (1880).22 (figura 5). Las fotografías de esta última obra fueron tomadas por el fotógrafo O. G. Mason y coloreadas a mano por el doctor J. Gartener.23 En 1902 Henry W. Stelwagon publicó Treatise on Diseases of the Skin, excelente tratado de dermatología y sifilografía ilustrado con fotografías.24
5.5. Albert Londe
Albert Londe (1858-1917) fue desde 1882 director del servicio de fotografía del hospital de la Salpêtrière de París. Londe se especializó en fotografía psiquiátrica y fisiológica. Su trabajo fue tan notable, que puede considerársele como el más sobresaliente e innovador fotógrafo biomédico del siglo XIX. En su libro La Photographie Médicale,25 dedica tres páginas a la técnica de la fotografía dermatológica, en general elogia la obra de Hardy y de Montméja, pero critica que utilizaran un papel fotográfico de mala conservación. En su tratado La fotografía moderna,26 refiere una curiosa anécdota:
"Se trata de una señora que se hace retratar; en el revelado percibe el operador, con gran sorpresa, una cara acribillada de puntos, cuando el original no tenía la más leve mancha rojiza. Se hace un cliché nuevo, y se obtiene el mismo resultado. La señora murió de viruelas al día siguiente. La fotografía había descubierto, por decirlo así, la enfermedad antes de que hubiese afectado seriamente a la persona en cuestión y de que pudiera percibirse a simple vista.
Es seguro que en las enfermedades de la piel, el objetivo, que percibe diversas coloraciones, sabrá poner en claro los cambios presentados en ella, que no pueden observarse a simple vista."26
La labor de Londe fue impresionante; empezó introduciendo las nuevas emulsiones al gelatino-bromuro, colaboró en la Nouvelle Iconographie de la Salpêtrière,11 realizó cronofotografías para el estudio de los movimientos patológicos, y para ello diseñó cámaras especiales de objetivos múltiples. Se interesó por el cine científico y fue también pionero en la radiología.
5.6. La fotografía estereoscópica
Desde mediados del siglo XIX tuvo un gran desarrollo la fotografía estereoscópica. La estereoscopia registra dos tomas del mismo modelo. Las dos imágenes tienen la misma separación que la distancia interpupilar humana, unos 6.5 cm., con un visor especial es posible ver la imagen en relieve. Los primeros estereoscopios aplicados a la fotografía fueron diseñados por David Brewster (1781-1868) a partir de 1844. Desde entonces, las fotografías estereoscópicas fueron muy populares porque daban una gran impresión de realismo. De esta forma, fueron muy utilizados para la fotografía de paisajes, de desnudos y para diversas aplicaciones científicas, de entre las que cabe destacar la visualización de las primeras fotomicrografías de anatomía patológica. También la estereoscopia tuvo su aplicación en dermatología y entre sus pioneros estuvo el dermatólogo francés Charles Laillier (1822-1893) que trabajó en el Hospital de Saint Louis de París.
Conviene destacar el libro de Theodor Billroth (1829-1894) Stereoskopische Photographien chirurgischer Kranker.27En la obra se publican varias fotografías dermatológicas. 20
El alemán Albert Neisser (1855-1916) publicó un atlas médico de fotografía estereoscópica Stereoskopischer Medizinischer Atlas,28 con diversas ediciones entre 1894 y 1911. La fotografía dermatológica ocupó un destacado lugar en esta obra.
5.7. Alemania
En Alemania la fotografía dermatológica tuvo un gran desarrollo.20 Además de otros autores alemanes citados en este trabajo, hay que destacar la obra de Edmund Lesser (1852-1918), Lehrbuch der Hautund Geschlechkrankheiten für Studirende un Ärzte.20 El primer atlas de dermatohistopatología con fotografías pegadas fue publicado en 1899 por Max Joseph (1860-1933) y Paul Meissner (1868-¿) Atlas der Histopathologie der Haut in mikrophotographischer Darstellung 30, 20
5.8. Alphonse Bertillon
Alphonse Bertillon (1853-1914) fue, desde 1888, responsable de fotografía en la prefectura de París. Fue un pionero en la fotografía judicial, especialmente en la utilización del retrato para identificar a los perseguidos por la justicia. También tomó innumerables fotografías de medicina legal: heridas, suicidios, asesinatos, etc. Dentro de este campo hay que citar su llamativo trabajo sobre las manos profesionales; a través de este estudio pretendía identificar la profesión de un individuo por la fotografía de sus manos. Evidentemente sus fines iban más allá de la fotografía médica. Sus estudios tienen, sin embargo, una notable utilidad para la medicina. Dentro de la fotografía dermatológica es digno de atención su trabajo sobre las enfermedades profesionales de las manos. Con estas fotografías se intentaba facilitar la identificación de los sospechosos.
5.9. Félix Méheux
Félix Méheux (¿-1908) fue un fotógrafo biomédico independiente. Trabajó en París entre 1880 y 1904. En 1880 dirigía un estudio en París. Era habitual en los concursos de la época, tanto como jurado como participante. Colaboró con el Institut Pasteur y con el Hospital Saint-Louis (1885-1904). Fascinado por el color pintaba con acuarelas, en presencia del enfermo, sus fotografías en papel a la albúmina. Méheux fue pionero en la fotografía con Rayos X, y en 1897 publicó De la nature des rayons X, réflexions sur la cause de leurs effets pathologiques et photographiques.31 Sus imágenes ilustran el Précis iconographique des maladies de la peau del doctor E. Chatelain, publicado en 1893.32
5.10. La fotografía médica en color
En el siglo XIX se produjeron diversos intentos de fotografiar en color. Pero los primeros procesos prácticos y comerciales datan de principios del siglo XX.
En 1907 los hermanos Lumière, fabricantes de material fotográfico e inventores del cinematógrafo, comercializaron un proceso positivo directo en color, denominado placas Autocromas Lumière. Este proceso se aplicó con éxito a la medicina. Las Autocromas Lumière eran muy costosas y de muy baja sensibilidad, 1 ASA aproximadamente. La imagen final era una diapositiva de vidrio de tonos apastelados. El proceso de los hermanos Lumière convivió hasta los años 30 con otros parecidos como el Dufay, Paget, Uvacrhom, Finlay, etc. Una placa Autocroma Lumière:
“Consistía en un finísimo mosaico de partículas transparentes formadas por microscópicos granos de almidón de patata, teñidos en morado, rojo y verde, por lo que la luz reflejada debía pasar antes de impresionar la película fotosensible. Una fotografía mirada con lupa o ampliada nos da la misma impresión visual que la de un cuadro puntillista.”33
Antes de la comercialización de la fotografía en color, los coloreados a mano de dibujos y fotografías, y los moldes de cera eran los métodos habituales en la representación del color. Un buen ejemplo lo tenemos en la obra de E. Jacobi Atlas de enfermedades de la piel, publicada en Madrid en 1913.34 La mayor parte de las imágenes en color son reproducciones de moldes de cera.
En 1914 Alfred Jaiser publicó Farbenphotographie in der Medizine, un trabajo pionero sobre la fotografía médica en color.35 Jaiser utilizó las placas autocromas Lumière.
Durante la Primera Guerra Mundial el médico militar francés H. de Rothschild, utilizó amplia y brillantemente las placas Autocromas Lumière para controlar la evolución de los quemados.36
En 1925 Gustav Riehl (1855-1943) de Viena y Leo Ritter von Zumbusch (1874-1940) publicaron Atlas der Hautkrankheiten.37 Las fotografías, tomadas por el doctor Thieme, con el proceso Uvacrhom.
La dificultad de la fotografía en color hace que convivan durante muchos años las fotografías y dibujos coloreadas a mano, los moldes de cera, los virados, y las auténticas fotos en color. Un buen ejemplo de la convivencia de diversas técnicas de coloreado es la obra del doctor W. Frieboes, Atlas de dermatología y de enfermedades de los órganos sexuales.38 En 1935 la Kodak comercializó sus diapositivas en color Kodachrome. En 1936 la casa Agfa presentó sus diapositivas Agfacolor. Problemas técnicos y las dificultades de la II Guerra Mundial hicieron que estos procesos no fueran muy practicados hasta la década de 1950.
En 1938, el húngaro Lajos Nékám (1868-1957) editó las Actas del noveno congreso internacional de dermatología,39 en 7 volúmenes, y con numerosas fotografías en blanco y negro y color.
En 1952 Pierre de Graciansky (1909-) y Stephane Boulle (1898-1973) editaron Atlas der dermatologie,40 con placas Ektachrome de formato 13 x 18 cm.
6. La fotografía dermatológica en España
Desde 1874 tenemos noticias sobre la fotografía dermatológica española. Las primeras informaciones las encontramos en el Hospital de la Santa Cruz de Barcelona. El primer documento sobre fotografía está fechado el 15 de julio de 1874. Es una petición del doctor Joan Soler i Buscallà (1835-1895) a la Muy Ilustre Administración del Hospital de la Santa Cruz de Barcelona (M.I.A.) en la que plantea el papel que debería desarrollar la fotografía de enfermedades venéreas en el Hospital de la Santa Cruz. El doctor Joan Soler trabajaba en el hospital desde 1872, donde ejerció de cirujano y dermo-sifilógrafo, fue miembro fundador de la Academia de Ciencias Médicas. En su carta el doctor Soler explica lo siguiente:
"Entran con alguna frecuencia en la visita que V.I. me tiene encargada enfermos cuyas afecciones trasladadas al papel por medio de la fotografía, aumentarían la importancia del establecimiento, podrían ser de sumo provecho para la enseñanza de la sifilografía y hasta seguramente de útil espejo para la juventud incauta, que, arrastrada por el torrente de ciertas pasiones la ve precipitarse al repugnante vicio de la prostitución.
Que la fotografía puede y debe dar resultado positivo para la enseñanza de la sifilografía es cierto, ciertísimo. La sífilis en sus múltiples manifestaciones en la piel tiene sello, faz especial que la fotografía reproduce perfectamente; y prueba de ello es el gran partido que para este objeto se ha sacado de ella en el extranjero y no duele en la adm. que al extranjero tenga que acudirse en busca de medios de instrucción cuando aquí podemos tenerlos y tal vez mejores y más asequibles, porque aquellos no pueden estar al alcance de todos por lo caros?. En la fotografía no puede haber engaño ella ha de reproducir la cosa tal como es y por lo mismo su importancia en este caso es incalculable hablar hoy que por desgracia la sífilis se ha generalizado tanto. La ciencia y la humanidad han de agradecer pues todo lo que sea hacer patente esta afección.
Bajo el punto de vista de la moralidad tiene tambien mucha importancia la idea de las expresadas fotografías. Una sola consideración sobre ello: se deshojan entre las manos de la juventud infinidad de libros obscenos, cuya lectura empezando por despertar una pasión tal vez latente poco a poco unas veces y rápidamente otras, la conducen al camino de la perdición. Contra la circulación de estos libros en absoluto es difícil batallar, y sin pretender que el antídoto llegue a manos de todos, es indudable que algunos jóvenes se han de detener en la carrera del vicio a la vista de las consecuencias gráficas a que conduce el camino de una malvada pasión.
Si esto es así, como no puede dejar de serlo, claro esta que el Establecimiento guarda estos frutos ha de ganar en prestigio y consideración, mereciendo los plácemes de la ciencia, y de la juventud estudiosa que la pone en las manos los medios de aprender y del público ilustrado que mira siempre con buenos ojos todo lo que tiende al bien común.
Fotografías de las regiones enfermas es el objeto, nada más. Para realizarlo los medios son muy sencillos. Obtenido el consentimiento de los enfermos con cuyo requisito debe precisamente contarse. Una persona de confianza del establecimiento que podría ser el practicante de la visita, y algunas veces el que subscribe, podría acompañar los pacientes a casa del fotógrafo, que hoy lo sería un cursante de las últimas asignaturas de la carrera de medicina, joven de relevantes cualidades y de conocimientos fotográficos poco comunes. Todo queda reducido a esto.
Atendidas las expresadas consideraciones, espera el que subscribe que V.I. aceptará con gusto la idea y según le parezca la autorizará para su ejecución.
Barcelona 15 de julio de 1874. Fdo. Dr. Juan Soler."41
Pocos días después, el 20 de julio de 1874, el doctor Joan Soler envía una fotografía a la M.I.A. con objeto de intentar convencerla para que acceda a su petición. La fotografía nos muestra unos órganos sexuales masculinos afectos de una, según el diagnóstico de la época, “Elefantiasis sifilítica” (figura 6). Sin embargo, la M.I.A. no contesta a Joan Soler. Tras la petición del doctor Soler encontramos diversas solicitudes de distintos médicos para tomar fotografías. Aparentemente la M.I.A. responde positivamente, pero suele dar largas y poner muchos problemas.
Joan Giné i Partagàs (1836-1903) fue, además del doctor Soler, el médico que más se esforzó por introducir la fotografía en el Hospital de la Santa Cruz de Barcelona. Giné había sido alumno de Pere Felip Monlau (1808-1871), médico higienista responsable de la toma de la primera fotografía en Barcelona del 10 de noviembre de 1839. No sabemos si Monlau aconsejó a Giné el uso de la fotografía. Únicamente podemos señalar que Monlau vaticinó, ya en 1839, las aplicaciones del daguerrotipo a la medicina:
"La historia natural, que tanta exactitud reclama en la representación de los objetos que constituyen su estudio, y que no siempre se pueden tener a la vista en substancia, aportará inmensos beneficios del nuevo descubrimiento. Y sobre todo la anatomía patológica, que a menudo se ocupa de órganos y de estados anormales pasajeros, que conviene examinar, como quien dice, en un instante dado, podrá dejar fielmente consignadas en sus atlas muchas de las aberraciones y particulares que hasta ahora han sido reproducidas poco menos que a bulto, y que solo han servido para la instrucción del médico que tuvo la proporción de inspeccionarlas en el acto."42
Joan Giné fue también el autor, en 1880, del primer tratado de dermatología español ilustrado con fotografías Tratado clínico iconográfico de dermatología quirúrgica.43 (figuras 7-10) En esta obra sólo se encuentran tres fotografías directamente pegadas en el libro. Las fotografías son copias a la albúmina de unos 7 x 10.5 cm. En distintos ejemplares consultados, las fotografías se encuentran pintadas a mano para destacar la lesión. No tenemos constancia de que Giné tomase personalmente las fotografías. Para Giné la fotografía médica era un excelente instrumento pedagógico. Por eso intentó realizar una colección fotográfica para sus alumnos. Pero la M.I.A. le puso muchas trabas, negándole el acceso a la sala de prostitutas contagiadas. De esta forma, sólo llegó a publicar 18 fotografías, de las que en la actualidad se conservan las tres que fueron publicadas en su Tratado clínico iconográfico de dermatología quirúrgica.43 En el prólogo Giné nos explica cómo nació la idea de tomar estas fotografías:
"La iconografía es un auxiliar poderosísimo y hasta indispensable tratándose de transmitir impresiones nosológicas, que en su mayor parte son visuales. La descripción más precisa y detallada de una dermatosis, no equivale a una mediana representación pictórica sacada del natural, Conviene, empero, que en esta parte el pintor se identifique con el clínico; por esto he tenido especial empeño en que el dibujo y colorido de las formas cutáneas fuesen ejecutados por personas a la vez inteligentes en Pintura y en Medicina. En estos trabajos se funda un motivo de reconocimiento respecto de mis estimados discípulos y compañeros los licenciados D. Ignacio Carbó y D. Enrique Castells, que han tenido la galantería de poner sus aventajados pinceles y buriles al servicio de esta publicación, reproduciendo ejemplares de dermatología pertenecientes a la Colección iconográfica de la clínica de mi cargo, ejecutados por alumnos iconógrafos pertenecientes a cursos anteriores, cuyos conocimientos artísticos he tratado de aprovechar precisamente en la previsión de que llegaría un día en que estos trabajos verían la luz pública.”
También, en mi deseo de ir atesorando materiales, en el curso de 1874 a 1875, me propuse hacer una Colección fotográfica de los enfermos de la Clínica quirúrgica. Comenzaron los trabajos y llegaron a publicarse hasta diez y ocho fotografías, con sus correspondientes historias clínicas. Un incalificable veto de la Administración del Hospital de la Santa Cruz, que no encontró en la autoridad universitaria un poder que le contrarestase cual convenía, dejó sin efecto mis esfuerzos. Por esto, hoy sólo puedo publicar tres fotografías, únicas pertenecientes al grupo de las enfermedades de la piel de entre las que formaban parte de la iniciada colección."43
Para finalizar este apartado transcribimos la petición de unos médicos para fotografiar una lesión dermatológica. En este documento se vuelven a repetir las dificultades burocráticas de los dermatólogos atraídos por la fotografía:
"Los infrascritos Doctores en Medicina y Cirugía, Médico de número el primero de este Hospital, encargado de la sección de Cirujía en el departamento de mujeres, e idóneo el otro, sustituto del primero, á V. I. atentamente exponen:
Que presentándose alguna que otra vez en las salas que están a su cargo, casos notabilísimos y raros; poco vistos algunos de ellos y de los cuales convendría tener copias fotografiadas, y que necesitan operaciones más o menos cruentas y difíciles de practicar con el objeto de poder ilustrarse y redundar en provecho del mismo enfermo, ya que el resultado fuese probablemente; que siempre redundaría en honor al Establecimiento y de los I. S. que tan dignamente están al frente; y hallándose en la actualidad un caso de cáncer en la cara de una enferma, muy notable por su forma y por el sitio en que ha desarrollado.
A usted suplican; se sirva autorizarles para sacar las copias en fotografía de los casos que en su juicio fuesen dignos de ser reproducidos.
Gracia que esperan los recurrentes del buen celo e interés que ha tenido siempre V.I. en beneficio de los pobres albergados en este Establecimiento.
Barcelona 23 de mayo de 1876.
José Oriol Sola
Juan Bassols
M. I. Administración del Hospital civil de Sta Cruz. 24 de mayo".
"Se autoriza a los doctores D. José Oriol Solá y D. Juan Bassols, para reproducir por medio de la fotografía el cáncer que padece en la cara la asilada a que hace referencia, mediante que esta lo consienta, que la operación tenga lugar en la sala misma donde se encuentra la paciente y que se entrega a esta administración dos ejemplares de la reproducción fotográfica, entendiéndose esta autorización expresa para el presente caso, debiendo hacerla siempre que se ofrezca algún caso notable que se propongan reproducir.
Pedro de Roselló"41
6.1. La Andalucía Médica
La Andalucía Médica10 era una revista de carácter mensual fundada en Córdoba por el doctor Rodolfo del Castillo en 1876 (figuras 11-15). Fue la primera publicación periódica española que publicó fotografías médicas de forma regular. La revista se editó hasta 1892, pero sólo aparecieron fotografías entre enero de 1876 y junio de 1878. En casi todos los números aparecen fotografías médicas originales directamente pegadas. Son copias de papel albuminado de unos 7 x 10 cm. Normalmente toda fotografía viene acompañada por una historia clínica. En varias ocasiones se publica la fotografía del enfermo antes y después de ser tratado. La revista dedicó un amplio espacio a la dermatología. También se publicaron notables fotografías de dermatología que han sido analizadas por el doctor Francesc Sancho, médico del departamento de Anatomía Patológica del Hospital de Sant Pau de Barcelona:
"El número de fotografías publicado en la revista durante los años 1876, 1877 y 1878 es de 26, sirviendo para ilustrar un total de 21 casos; de éstos, 6 carecen de reseña clínica, apareciendo la fotografía con un título como única explicación. Los quince casos restantes se acompañan de una historia clínica, más prolija en detalles en los primeros números de 1876. Cinco de estas historias corresponden a enfermos tratados por el doctor Rodolfo del Castillo, director de la publicación, aunque aparecen firmadas por el doctor Ricardo Guijo. Cuatro provienen de la Clínica Quirúrgica del Dr. Juan Giné (Universidad de Barcelona), 4 carecen de toda indicación sobre su procedencia, si bien una de ellas se reproduce como fotografía nº1 en el Tratado clínico iconográfico de dermatología quirúrgica, que el propio J. Giné publicó como libro de texto en 1880, siendo lícito deducir que procede también de su Clínica Quirúrgica.
De las dos restantes, una corresponde al doctor Cayetano del Toro y Quartilliers (Cádiz, 1842-1915) oftalmólogo que en 1871 fundó la primera revista de la especialidad: La crónica oftalmológica y la otra al doctor Aguilar Venegas. Catorce de los veintiún casos corresponden a neoplasias, primarias cutáneas (5) o con traducción externa más o menos espectacular. Otros tres pacientes presentan lesiones dermatológicas no neoplásicas"44
Hay que destacar la colaboración del doctor Giné i Partagàs en La Andalucía Médica,10 que puede explicarse en una nota aparecida en abril de 1876:
"Tan pronto como nos sea posible empezaremos a publicar en nuestra galería fotográfica los notables ejemplares que la clínica quirúrgica de la facultad de Barcelona nos ha remitido el ilustrado catedrático de ella Dr. Juan Giné. Mucho agradece esta redacción tan espontáneo obsequio, y la honra tan inmerecida que le dispensa tan incansable obrero de las Ciencias Médicas."10
La fotografía nº1 que aparece en la obra de Giné Tratado clínico iconográfico de dermatología quirúrgica,43 también se publica en La Andalucía Médica,10 (lámina 10, Vol. II, 1877) con una historia clínica anónima. Ello nos invita a pensar que otras fotografías publicadas igualmente con historia anónima, puedan pertenecer a la colección del doctor Giné.
6.2. Jaume Ferrán
Jaume Ferrán i Clúa (1852-1929) fue uno de los pioneros más destacados en la fotografía médica española. Ferrán cursó estudios de medicina en la Universidad de Barcelona entre 1868 y 1873. No tenemos noticias de que por entonces se interesase abiertamente por la fotografía médica. Tras licenciarse marchó a Tortosa donde trabajó como médico general y practicó la oftalmología y la dermatología. En Tortosa conoció al astrónomo valenciano José Landerer, (1841-1922) quien le prestó su microscopio y su cámara fotográfica, allí tomó numerosas fotografías sobre dermatología. La mayor parte de estas imágenes son diapositivas de vidrio. (figuras 16-18)
Su curiosidad por la fotografía llegó muy lejos. En 1879 publicó en Tortosa, con Inocente Pauli (1854-?), La Instantaneidad en Fotografía,45 un erudito trabajo sobre una emulsión supersensible al gelatino-bromuro. También consiguió buenas fotomicrografías, estereoscopias, y fotografías pictorialistas con procesos fotográficos artesanales.
6.3. Cèsar Comas
Cèsar Comas i Llaveria (1874-1956) es el padre de la radiología médica catalana. El 24 de febrero de 1896 practicó en la Facultad de Medicina de Barcelona la primera radiografía pública de España. Cèsar Comas era por entonces estudiante del último curso de medicina y fotógrafo de la Facultad de Medicina, cargo que desempeñaba desde 1892.
Piquer i Jover nos informa de la actividad fotográfica de Cèsar Comas, al convertirse en el primer médico-radiólogo catalán:
“El primer conato de gabinete radiológico que hubo en España, mitad particular del doctor Comas y mitad oficial de la Facultad, a partir de los primeros meses de 1896, estuvo instalado en el Laboratorio de la Galería Fotográfica de la Facultad de medicina. Este fue el primer estudio de radiología que en verdad hubo en España.”46
Dicha galería fotográfica era según el doctor Valentín Carulla (1864-1923):
“(…) un cuchitril destartalado y húmedo hallándose en el desván de la apellidaba cocina anatómica de nuestra antigua Facultad, dominaba el patio adjunto a la sala de disección y, en lontananza, el clásico corralet; tal era la dependencia pomposamente bautizada por el ingenio del Dr. Giné, decano en aquel entonces, con el nombre de Laboratorio de fotografía médica, recinto en el cual trabajaba con entusiasmo el joven escolar César Comas.”46
Las actividades fotográficas encontraron muchos obstáculos en el Hospital de la Santa Cruz. Gracias al apoyo del doctor Giné la Facultad de Medicina, en cambio, otorgó un reconocimiento oficial a la fotografía médica. En 1892 el doctor Comas es nombrado fotógrafo de la Facultad de Medicina. Según Piquer i Jover, Cèsar Comas es confirmado en noviembre de 1896, en sus cargos de radiógrafo y fotógrafo de la Facultad de Medicina.46 En 1897 encontramos a Cèsar Comas con el cargo oficial de director del Gabinete fotográfico, su ayudante era Salvador Llorens Moll.
Cèsar Comas junto a su primo Agustí Prió (1873-1929) se consagró a la radiología, pero no abandonó nunca su vocación por la fotografía. En 1910 Cèsar Comas y Agustí Prió exponen varias fotografías en color de casos tratados con röentgenterapia.46 Ese mismo año colaboran tomando fotografías para la obra de Jaume Peyrí (1877-1951) Manual de dermatología general.47 (figuras 19-20)
6.4. Aurelio Grasa
Finalizamos este trabajo comentando los notables trabajos del médico zaragozano Aurelio Grasa (1893-1972). Mientras estudiaba medicina se dedicó a la fotografía profesional como reportero gráfico, trabajando para el Heraldo de Aragón y para ABC. Tras licenciarse en 1917, se especializa en Sifilografía y Urología en Madrid, con el doctor Sainz de Aja en 1919. Entonces abandona la fotografía profesional, pero continua dedicándose a la fotografía artística y a la fotografía dermatológica.
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5. Hardy A, de Montmeja A. Clinique Photographique de l'Hôpital Saint-Louis. Chamerot et Lauwereyns. París, 1867-1868
6. Hardy A, de Montmeja A. Clinique Photographique des Maladies de la Peau. Chamerot et Lauwereyns. París, 1868
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47. Peyrí J. Manual de dermatología general. José Espasa e hijos. Barcelona, 1910
Seguro que hay fotógrafos, investigadores e
historiadores mucho mejores que un servidor. Sin embargo,
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