domingo, 17 de enero de 2010

Juguemos al ajedrez

El ajedrez es como una navaja suiza. Lo mismo sirve para matar el tiempo que para evitar que el tiempo te mate. En ocasiones estamos hastiados o estresados y jugar una partida de café nos relaja y nos sube la moral. Jugar al ajedrez es un buen ejercicio para evitar el Alzheimer. Practicar el ajedrez gigante es una de las más saludables actividades que ha ideado el ingenio humano. Los niños son especialmente sensibles a esas enormes piezas en las que los más atrevidos se suben como si fueran caballitos de feria. Los jóvenes gustan de entretenerse jugando a la velocidad de vértigo de 5, 3 o 2 minutos por partida. De alguna manera imitan a los héroes de la formula uno o de los 100 metros libres. Quienes peinamos demasiadas canas buscamos experiencias más calmadas como jugar sin tiempo y sin jugarse ningún premio. A muchos nos deleita celebrar nuestras partidas ganadas en torneos. Otros se entretienen en comentar diabólicos problemas de mate en 14 jugadas.

En el Casal de Barri de Prosperitat los miembros de Jaque Al Rey nos gusta saborear un café o una cerveza, leer la prensa, compartir nuestras penas informáticas, nuestros desengaños socio-laborales y nuestros desamores. Muchos también estamos interesados en mover un poco el esqueleto jugando al ping pong o en plasmar nuestra visión de las cosas a través del objetivo de una cámara digital.

Podríamos hacer muchas otras cosas, tener más medios, más dinero, más juventud y más inteligencia. Pero jugando unas partidillas amistosas nos reencontramos a nosotros mismos, olvidamos nuestras miserias y nos sentimos más limpios, más libres y más humanos.

En nuestra peña muchos buscamos una familia y otros tratamos de huir del caos familiar. Pero todos intentamos escapar del fantasma de la soledad que conjuramos con un tablero y unas piezas que están inspirados en una sociedad que ya no es la nuestra.

Juguemos pues al ajedrez para plantarle cara al silencio y al olvido, para decir que somos libres y solidarios, para dejar bien claro que nos gusta pensar por nuestra cuenta y que estamos hartos de quienes piensan por nosotros, de esos líderes que se creen dioses, de esas ideologías que intentan atontarnos sirviéndose de la historia o de libros perennes.

Seamos libres y libertarios, juguemos al ajedrez y reconozcamos que nuestro mundo puede ser más justo, más diverso y menos normalizado. Maldigamos a los talibanes de todas las culturas.


Casal de Barri Prosperitat. Plaza Ángel Pestaña s/n (Barcelona). Martes de 20 a 21h.