Queridos Reyes Magos de Oriente
Soy un niño algo mayor, y estoy muy triste e indignado. Me duele en el alma toda esa gente que lo está pasando mal porque unos señores que dicen obrar por bien del país no paran de recortar derechos sociales y económicos. Las calles están llenas de mendigos y de personas que rebuscan en contenedores y papeleras. Muchos padres de mis amigos no trabajan desde hace hace muchos meses: Mi padre tampoco. Vivimos gracias al escaso dinero que mi madre gana cuidando ancianos en un geriátrico. Muchos amigos míos ya no comen en el cole. Una señora muy estirada llamada Rigau les ha quitado la beca. Un señor calvo y muy feo ha cerrado el ambulatorio de urgencias nocturnas. Cada vez que se pone enferma mi abuelita tenemos que coger un taxi para llevarla al hospital o a un centro de salud que está dónde Cristo perdió el gorro. Ese mismo señor es el culpable del euro por receta, un impuesto fascista que dice servir a la sostenibilidad del sistema. Pero en realidad dificulta que mi abuelita pueda pagar sus medicinas para la tensión, el colesterol y el azúcar.
Por otra parte he visto como unos policías echaban de su casa a varios compañeros de cole y a sus padres. Los mayores le llaman desahucio y creo que pasa porque al quedarse sin trabajo no pueden pagar el dinero que deben al banco.
Me han dicho que un señor apellidado Wert o algo por el estilo quiere españolizar a los niños catalanes. También pretende separarnos del cole y llenarnos la cabeza con historias sagradas y otras supercherías. Dicen que ese señor se parece un toro bravo. Pero los niños de mi barrio saben lidiar con todo tipo de bicharracos y no necesitan que los cristianicen, españolicen o quiten las niñas de mi clase.
Mis padres y mis profesores me han enseñado a no decir palabrotas. Pero a veces me traiciona la buena educación y me gustaría decir cosas feas a los culpables de este desastre. Me hubiera hecho ilusión una maleta con pinturas y rotuladores, pero este año no pido nada para mí. Ya me apañaré con los lápices.
Por otra parte sé que en otras partes del mundo las cosas tampoco están nada bien. Sé que muchos trabajadores de los llamados países del tercer mundo ganan menos de 100 euros al año, que existen la explotación laboral y sexual de menores de edad y que se discrimina a la gente por el color de su piel, su religión o su manera de pensar.
Por todo ello les pido que hagan lo que puedan para que los seres humanos no sufra tanto. Además, es de justicia que los culpables reciban su merecido e implacable castigo. No puede ser que gente honesta lo esté pasando tan mal y algunos iluminados nos hagan tanto daño.
Gracias anticipadas
Seguro que hay fotógrafos, investigadores e
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