Hubo un tiempo en que los viajeros e incluso los turistas se preparaban a conciencia su viaje de aventuras o de vacaciones. Llegaron los vuelos baratos y todo quedó en un clik de ratón para seleccionar la mejor oferta. El turismo se transformó en un todo a cien, en unas permanentes rebajas de enero. El hábito hizo al monje y al final muchas compañías aéreas se están transformando en marcas blancas.