Ensaladas variadas, chipirones, pulpitos, bistec de ternera, melón con jamón, canalones de espinacas, galtes de porc y arroz a la cubana fueron algunos de los platos degustados por los comensales de la cena del grup fotogràfic La Ginesta de Barcelona. El ágape me sentó de maravilla y he dormido de un tirón. Eso si, tuve una pequeña pesadilla en la que el pobre cerdo se identificaba con la cara de ciertos políticos chorizos que pululan por la península Ibérica. Para compensar los excesos he desayunado una infusión de mate con té rojo y un yogurcito descremado. Tras un par de horas de gimnasio, una ensalada con frutos secos y una hamburguesa de potro me siento frente al ordenador para narrar los detalles de una cena en la que se celebró el 175 aniversario de la fotografía. Por si las moscas propuse que celebrásemos también el 200 aniversario no sea que alguno de nosotros ya no tengamos fuerzas hacia el 2039. Nos morimos de envidia por los planes de jubilación del señor Francesc Sans que pretende exiliarse al Delta del Ebro en una choza de unos 150 metros cuadrados. Como penitencia le hemos exigido una paella fotográfica.
Comentamos exposiciones como de la Antoni Arissa, Gervasio Sanchez, El daguerreotip o el dibuix com a eina de coneixement. Francesc Sans presumió de premios fotográficos, Etel Reis de cursillos y charlas varias, JM Moraleja de una Sinar, Victoria Bonet de su proyecto de tesis doctoral y un servidor de un escaner Epson que tiene más de 15 años y por el que algún historiador de Fotoconexió realizará tarde o temprano un trabajo de investigación.
Ricard Marco, Jordi Joan Fàbrega, Francesca Portolés, Ramon Barnadas, Albert Masó y Salvador Tió se disculparon por motivos diversos. Seguro que más pronto que tarde volvemos a encontrarnos. A destacar en la charla sobre Excursionisme i fotografía del 9 de diciembre en la AF de Catalunya.