Reflexiones sobre la torpeza fotográfica
Nada más difícil que lo fácil. Los automatismos fotográficos funcionan bastante bien. Pero no obran milagros. Son una especie de droga que nos controla y no nos deja pensar por nosotros mismos. Des esta forma hasta los más torpes suelen captar fotografías buenas o pasables. Sin embargo, dejarse llevar por la tecnología facilona nos acaba entorpeciendo día día. Si no aprendemos a controlar el proceso fotográfico nunca llegaremos a ser fotógrafos.