Microrrelatos y escritos sobre la fotografía, la realidad y el deseo
lunes, 17 de noviembre de 2014
El fotógrafo no tenía quien le sonriera
La soledad hipoteca la existencia de muchos fotógrafos. Por eso se sienten mucho mejor cuando alguien les sonríe. Si les guiñan el ojo alcanzan el éxtasis.