Presuntos culpables, presuntos fotógrafos
Vivimos en una sociedad perversa. El mensajero, el periodista, el juez, o el testigo se han transformado en presuntos culpables. El fotógrafo sufre, además, una doble culpabilización; del poder y de ciudadanos de a pie que desconfían del fotógrafo. Cuanto más grande es la cámara y el equipo su presunto delito podría ser mayor.