lunes, 17 de noviembre de 2014

Incontinencia fotográfica


En ocasiones agarramos la cámara y no podemos parar de hacer fotos. Una fuerza irresistible nos impulsa a disparar aquí y allá sin ton ni son. Sin darnos cuenta nos transformamos en una caricatura, en un dibujo animado o en algo peor.  

Tratamiento: Lo mejor es alejarse por un tiempo de las cámaras de bolsillo y sobre todo del teléfono móvil y de otros chismes parecidos. A ser posible desempolva tu vieja cámara reflex de paso universal y dispara lo más lento que puedas. Piensa cada toma tres o cuatro veces. Estudia las imágenes tras el revelado fotoquímico. Repite la operación las veces necesarias si todavía tomas fotos compulsivamente.