Sería bueno conocer las fotografías
de los monarcas antes de ser reyes, durante su reinado y tras su
abdicación, jubilación o derrocamiento. Saber hasta que punto la
sangre azul proporciona una visión fotográfica determinada de su
reino sería una piedra de toque sobre los valores positivos o
negativos de la monarquía.
Del mismo modo se podrían estudiar las
fotografías de los dictadores y de los gobernantes elegidos por las
urnas. Seguro que historiadores, sociólogos y politólogos sacarían
valiosas conclusiones.