Más vale prevenir y fotografiar que curar. La prudencia
y la sabiduría te invitan a fotografiar a las personas que más
aprecias, los bienes que más necesitas y los temas que más te
interesan. La fotografía preventiva no evita enfermedades,
desencuentros, ni desastres. Pero conservar un testimonio gráfico de
asuntos importantes puede servir como documento a las compañías de
seguros y de recuerdo imborrable para temas más sentimentales.