martes, 6 de enero de 2015
Errar es humano
Errar es humano, fotografiar también. Me gustaría saber si los photomatones, los drones y otros chismes fotográficos completamente automáticos se equivocan más o menos que los seres humanos. Los photomatones ofrecían con excesiva frecuencia imágenes poco gratas para un retrato de identidad. Pero al mismo tiempo daban lugar a fotos más espontáneas que los retratos de estudio. Si la tecnología de los drones triunfa acabaremos viendo muy pronto a estos aparatitos como si fueran animales de compañía de los fotógrafos más vanguardistas. A saber que picados hubiesen tomado los constructivistas soviéticos y los miembros de la Nueva Visión. Deberíamos clonar a alguno de ellos para comprobarlo.