Ayer veinte de marzo celebramos el día mundial de la felicidad. Estamos pues en un buen momento para reflexionar sobre las relaciones entre la fotografía y la felicidad. Sería bueno clarificar hasta que punto una cámara nos hace felices por acompañarnos en los teóricamente momentos más felices de nuestras vidas. En el reciente pasado analógico las bodas, bautizos, comuniones, cenas de empresa y otros acontecimientos eran registrados por fotógrafos profesionales. Ahora son los usuarios del teléfono móvil quienes registran sucesos dichosos, jocosos y aparatosos. Pero también intentan crear situaciones más o menos chistosas o dichosas para ser filmados y/fotografíados y colgarlos en la red. Sin embargo, no deberíamos confundir la felicidad con el cachondeo provocado por las sustancias tóxicas o la desgracia ajena.
Seguramente la fotografía no nos asegure la felicidad. Pero sin fotografía nuestra existencia resultaría todavía mucho peor. Asi pués, disfruta de la fotografía lo que puedas y trata de ser feliz.