Se han escrito muchas líneas sobre el
concepto de “instante decisivo” de H. Cartier-Bresson. Pero cuan
poco se ha publicado sobre el desorden caótico, la realidad
imperfecta, el orden obsesivo, el deseo sublimado, la apatía perenne,
el caos perpetuo, la improvisación chapucera, el adiós sin razones,
los besos sin amor, el café descafeinado, el trabajo precario, la
locura cotidiana, el dolor insondable, o los granos de pus. Tengo muy
poco que decir sobre todo esto. Y sin embargo creo que el presente
texto no está mal del todo.