viernes, 5 de febrero de 2010

La vida empieza a los 30 años

Muy pronto vas a cumplir 30 años. Tendrás que realizar un primer balance de tu vida; inventariar un cúmulo de pequeñas alegrías, amargos fracasos y un montón de asignaturas pendientes. Seguro que has intentado exprimir hasta el fondo el jugo de la vida, pero también habrás tenido que tragar mucha saliva. Algunas veces las circunstancias te habrán desbordado y en demasiadas ocasiones te has visto devorado por el fantasma de la impotencia, reducido a ser una triste marioneta en la estúpida tragicomedia de la vida.
Te enfrentas a un nuevo periodo franqueando una frontera sin retorno: Dejas para siempre de ser joven. A la vuelta de la esquina te esperan las arrugas, la obesidad, la calvicie, la úlcera y, tal vez, el infarto. Muy pronto advertirás signos inequívocos de tu declive psicofísico. A partir de ahora la experiencia será tu baza más importante y de ella te valdrás para afrontar los problemas más insolubles.
Pero en fin, no debes desanimarte por atravesar el meridiano de tu vida. Sí no has triunfado profesionalmente, todavía puedes derrochar ingenio y habilidad para situarte y salir del marasmo del paro, el subempleo, la venta de enciclopedias o el trabajo a destajo. Piensa que los trabajadores con empleo estable tampoco lo pasan bien, el trabajo en cadena es absolutamente odioso, ser funcionario ya no es ninguna ganga. Hasta los yuppies de medio pelo tienen sus problemas. A decir verdad, difícilmente podrás ser policía uniformado, deportista profesional o ingresar de machaca en alguna empresa importante. Sin embargo, estás a tiempo de hacer lo de mayores de 25 años, hacer ver que aprendes inglés o quemarte la vista con la informática.
Sí te metes en la treintena sin pareja no debes en absoluto derrumbarte. Aún puedes encontrar tu media naranja. Sí te conservas en plena forma, cosa que dudo, tal vez puedas seducir a una persona atractiva e interesante. Piensa que la barrera generacional acostumbra a ser un muro infranqueable y tu generación no ha acabado de engancharse en la movida de la posmodernidad.
En fin, querido amigo, la vida empieza a los 30 años. No tengas miedo en cruzar la barrera; ¡ Al fin eres mayor!