jueves, 30 de enero de 2014

Apología de la fotografía

Siete razones para tomar fotos

Por favor, no haga caso en absoluto al autor de la entrada anterior. No puedo hablar mal de él porque ambos somos la misma persona. Sin embargo es justo que desmonte punto por punto el delirante razonamiento de mi otro yo.

1.-No llevar cámara o teléfono móvil.
Puede que olvide salir de casa sin una cámara fotográfica. Pero que mortal en su sano juicio sale a la calle sin su móvil o algún chisme para comunicarse. Seguro que, más o menos buena, llevará una cámara fotográfica integrada. Con ella podrá registrar actividades profesionales, personales e incluso atreverse a ser artista-fotógrafo.

2.- Cámara en mal estado: batería gastada, tarjeta de memoria llena o rota.

Recuerde que Pedro Navaja siempre llevaba armas de repuesto. Usted puede imitarle con una batería y una tarjeta extra. Para emergencias utilice el móvil o el Ipad.

3.- Inclemencias climatológicas: Frío, calor, viento, lluvia...
Desde luego una cámara sumergible resulta muy útil para luchar contra un tiempo revuelto. Pero no se olvide de llevar calzado y ropa de Gore-Tex, guantes, gorros, paraguas, chubasqueros y lo que haga falta. Por favor, no compre muchas cosas en los todo a cien.

4.-Prisas y obligaciones: citas, trabajo, apetito, aseo, compras.
Nos sobran prisas y nos falta paciencia. Saber organizarse es una técnica utilísima para un buen fotógrafo y para un buen ciudadano en general. Si esta usted muy atareado puede limitar su actividad fotográfica a dejarse acompañar por una cámara compacta más o menos buena. Seguro que mientras va al super, regresa del trabajo o queda con unos amigotes tendrá diversas ocasiones para tomar buenas fotos.

5.- Cansancio, sueño, fatiga, enfermedades varias.
Si no se encuentra bien visite a su médico de cabecera. Tras ciertas pruebas determinará algún problema de salud o bien que usted está sano pero más liado de la cuenta. Siga sus consejos y utilice la fotografía para encontrarse mejor.

6.- Depresión, ansiedad y otros trastornos emocionales.
Nada mejor para olvidar los malos rollos que tomar fotos aquí y allá o con algún plan. No tenga prisas, ni agobios. Siga su ritmo y sus sentimientos y ya vera como una cámara puede ser una grata compañía.

7.- Tercera edad
No se meta en una casa de ancianos y menos en una residencia en cuanto se jubile. Deje que una cámara le acompañe mientras visita obras o deconstrucciones. Hágase yayo-flauta y conviértase en el experto fotógrafo de su grupo durante las manifestaciones contra el copago, las listas de espera, los desahucios y los recortes en general.