domingo, 5 de enero de 2014

El ajedrez y la vida

Juan Carrillo Jugando en el Casal de Barri de Prosperitat de Barcelona


Leo en El Periódico de Catalunya una interesante carta al Director de Albert Altés.

 

EL AJEDREZ Y LA VIDA

"El ajedrez me hecho ver que la vida se me escapa sin darme cuenta"

Viernes, 3 de enero del 2014 Albert Altés (Vic)
Hace años jugaba a menudo al ajedrez en un club. Después de mucho tiempo, he vuelto a jugar, aunque ahora es diferente, ahora puedo jugar en el ordenador sin necesidad de que alguien quiera jugar conmigo. Pero he descubierto que mi estilo ya no es como el de antes y no juego con tanta profundidad. En definitiva, el ajedrez como mi vida ya no es tan emocionante. He descubierto que ya no valoro el presente como cuando era más joven. Por eso, qué bien haber vuelto a jugar al ajedrez, porque me ha hecho bajar de la nube y darme cuenta de que la vida se me escapa y yo no me doy ni cuenta.

Mi amigo y ajedrecista aficionado Juan Carrillo Constain me contesta por email lo siguiente,
Gracias, es una reflexión interesante. La maquina es fría, es necesario tener presente un jugador que se equivoque, que tenga sentimientos de ansiedad, miedo, necesidad de ganar; En fin, necesitamos la comunicación humana para no volvernos un Robinson cibernético, aislados del mundo real. Esto lo escribo poco después de jugar con la maquina...”

A Juan le gustan las piezas grandes y a mí también. Por lo demás los miembros de Jaque al Rey compartimos el interés por el ajedrez gigante. Ahora demasiadas cosas se miniturizan y se digitalizan. En nuestros bolsillos o en nuestras bandoleras solemos llevar dispositivos electrónicos con los que podemos, entre otras cosas, jugar al ajedrez contra un frío y duro programa informático o con rivales humanos de nivel diverso. Compatibilizar el estudio, el trabajo, la familia y el ajedrez se hace complicado en muchos casos y en el mío en particular. Prefiero pasar mis días festivos durmiendo más de la cuenta, paseando, haciendo deporte, tomando fotos, estando con mis seres queridos, leyendo...No queda, pués, tiempo para el ajedrez. Eso sí, entre semana practico todos los miércoles en el Casal de Barri de Prosperitat y me sienta de maravilla. Me duele que demasiados clubs de ajedrez hayan perdido la vida social entre semana y se centren casi de forma exclusiva en las competiciones y la formación. El ajedrez de café está pasando a la historia. Por otra parte Internet me permite jugar con mi diversos rivales y me distrae bastante.