jueves, 25 de diciembre de 2014

El trastero del fotógrafo

Los amantes de la fotografía vivimos rodeados de cadáveres. En especial viejas cámaras reflex de 35 mm. que seguramente nunca utilizaremos. Algunos atesoramos una ampliadora Opemus y un equipo de revelado más o menos incompleto. Polvorientas cajas de zapatos suelen ser el ataúd de negativos en blanco y negro, descoloridas diapositivas y deslavadas copias en color. Incontables contenedores han hospedado legiones de anticuados equipos fotográficos. Algunas piezas valiosas acaban en tiendas de segunda mano. 

El ocaso también llegó pronto a primitivas cámaras digitales de dos o tres megapixels, vetustos ordenadores con Windows 98 o el sistema 7 de Apple que han seguido también la senda del perdedor. En el camino también quedaron desorientados profesionales y aficionados.