Robert Frank (2008): Los Americanos.
Fotografías de Robert Frank
textos de Jack Kerouac. La Fábrica,
Madrid. Primera edición The Americans, 1958, Robert Delpire
Fotografías realizadas en Estados
Unidos por Robert Frank entre 1954 y 1956
Tras visionar varias veces esta obra brotan conceptos como: Agilidad, discreción, misterio, genio, tristeza, humor, ironía, desencanto.
Sin pretender emular el prólogo de Jack Kerouac me atrevo a escribir estas palabras:
Siempre hay alguien que
pone cara de tonto, que no se despereza, que piensa demasiado, que
desconfía del fotógrafo, que se pone cómodo en su mesa de trabajo,
que tiene dudas, que se deja llevar por la duda, que juega a ser
mayorcitos, que presume de ambigüedad sexual, que no entiende de
razas, que se cansa de trabajar o de viajar, que parece mirar a
ningún lado, que no se exalta por una bandera, que mira a un
fotógrafo, que va a la suya, que pasa debajo de una escalera, que se
aburre, que juega, que ama, que escucha música, que presume de joyas
y ropitas, que mira y fotografía azoteas, kioscos, rascacielos,
paisajes, coches, carreteras perdidas, cuadros patrióticos,
barberías. Jardines, billares, gasolineras, cafeterías, estatuas,
cruces anuncios, escaparates, que publicita su religión, que espera,
que tienta la suerte, que conduce, que espera la muerte, que
encuentra la muerte, que presume de moto, que sale de un ascensor,
que trabajo, que vigila como trabaja, que politiquea, que limpia
zapatos, que se hace limpiar zapatos, que toma una copa sonriendo,
que se pierde en un paisaje, que asiste a un funeral, que toca el
hombro, que trabaja en televisión, que sigue su destino sin saberlo,
que gestiona ahorros, que hace una pausa en el trabajo, que presume
de botas, que admira las grandes actrices de Hollywood, que besa y
acaricia, que come, que pasea en solitario o en pareja, que toma el
sol y el aire, que duerme, que conversa, que merienda.