Si no mejoras el resto de tu existencia
tu vida fotográfica seguirá estancada y más pronto que tarde
empeorará. Trata de estar bien contigo mismo y con tu entorno. No
seas vago, no seas necio, no seas engreído. Muévete un poco, haz
una cura de humildad, trata de entender el mundo. Y sonríe. Sonríe
mucho. Regala ternura. Derrocha simpatía. Viaja, estudia, sueña,
ama. Has de tus cámaras, tus mejores amigas y de tu pareja, el alma y
la piel de tu vida.
Toma nota de estas recetas. No tienen
contraindicaciones, ni efectos secundarios. Y son gratis.