jueves, 5 de abril de 2012
La muerte de un sofá
Destripado y volcado este sofá ya no parece un sofá. De hecho ya no es un sofá. Pero en su día acogió en su seno el descanso de sus usuarios. También fue mudo testigo de películas, partidos de fútbol o programas de telebasura. Sin duda acompañó en silencio a lectores de periódicos, novelas, poesías o libros de textos. A buen seguro que lo mancharon con restos de pizzas, bocatas de jamón, bebidas de cola, té o café. ¿Cuantas siestas y cabezaditas se forjaron en sus telas y muelles? ¿Cuantas escenas del sofá, besos apasionados y actos sexuales más o menos incómodos se desarrollaron en su hoy devastado cuerpo? Al tirar un sofá nos desprendemos de algunos de los mejores momentos de nuestras vidas. Existen tapiceros que hacen arreglos y tuneados maravillosos. No dejen de visitarlos antes de hacer algo irreparable-