sábado, 7 de abril de 2012

La ovejita Rita y el lorito Paco

Seguro que la ovejita no se siente nada cómoda colgada como si fuera una sábana o una toalla. Pero estar limpia requiere sacrificios. Su propietaria era Jana, una niña de seis años que vivía en Ciudad Meridiana. Fue un regalo de su tío Pepe para Navidad. Jana tenía muchos animalitos de peluche y un loro de verdad que se llamaba Paco. El loro Paco era muy hablador. Su frase favorita era "lorito guapo". También había aprendido a decir "malditos recortes". "dación por pago", "trabajo para todos" y "más meditación y menos medicación". Jana había puesto nombre a todos sus animales; el osito Isidro, el león Leoncio, la rata Teresa y la ovejita Rita.

Tras la ducha y el secado la ovejita rita se sintió tan blanca como si hubiese sido lavada con Ariel o con Colón. Rita se dejaba querer y acariciar por la niñita. No así el lorito Paco a quien nadie podía tocar ni una pluma. El león, el osito y la rata tampoco eran muy cariñosos. Por eso muy pronto la ovejita rita fue la mascota favorita de la niñita Jana; dormía con ella, hacia con ella los deberes, comían, cantaban, pintaban y bailaban juntas. Y como era tan blanquita la ovejita rita pronto se llenaba de manchas y su fina lana se tornaba de un gris sucio. Por eso su mama Inés, que era muy buena, la limpiaba a menudo en el lavadero y luego la dejaba secar en una posición incomoda pero eficaz.

Jana y Rita fueron siempre muy amigas. El lorito Paco acabó siendo portavoz de los indignados  en las manifestaciones contra los recortes sociales del gobierno catalán y del español.