lunes, 30 de abril de 2012

Reina por un día

Hoy en día las niñas sólo quieren ser princesas, cantantes, actrices o modelos.  Pero en el casposo blanco y negro del franquismo ser Reina aunque fuese de forma provisional era el máximo anhelo de muchas niñas, jovencitas y mujeres sentadas. Sobretodo reinas del hogar, una cárcel de cemento, ladrillos, electrodomésticos, armarios y deudas. Mi vieja memoria apenas recuerda el programa de televisión Reina por un día y ruego a los lectores que pasen de los sesenta que me refresquen el concurso del poeta, actor y torero Mario Cabré.

Marta cumplió un añito con una rosada corona de cartulina que sus padres o tutores dejaron abandonada frente a un supermercado. Muchas felicidades pequeña.