domingo, 27 de mayo de 2012

Besos de tornillo

A penas nos separan 43 millones de kilómetros del planeta Venus. Mucha menos distancia de la que separa el hocico del can del culete de su amigo. Mientras escribo estas  tonterías escucho un reportaje televisivo sobre los gérmenes que anidan en la boca humana y los problemas de dar besos de tornillo. Los galenos tienen sus razones sobre los peligros de infección. Mi foto también muestra un acto poco edificante salvo para los amantes de a escatología. Así las cosas ¿qué hacemos con nuestros besos y nuestras caricias a los perros?