domingo, 27 de mayo de 2012

Comida para llevar

De niño esperaba con ansia que llegará el domingo. Muy pronto me aburrieron la misa dominical y el fútbol matinal. Mucho mejor recuerdo guardo de las sesiones de lucha libre del Price y de los libros de segunda mano del mercado de San Antonio. Las sesiones dobles del cine de barrio daban casi siempre una de cal y otra de arena. Entre los cortes de la censura y el mal estado de las pelis de reestreno resultaba difícil seguirlas. Pero lo mejor era el pollo a l'ast que comprábamos de vez en cuando, las croquetas que elaboraba mi abuela Isabel o las paellas que guisaba mi primo Paco. Ahora todas esas y otras exquisiteces pueden adquirirse en restaurantes y locales de comida para llevar. El restaurante Ribeiro es un buen sitio. Recuerde los mejores momentos de su infancia por unos pocos euros.