Con el tiempo uno acaba sintiéndose como un papel más o menos arrugado. De poco sirven afeites, profilaxis y tratamientos médicos. No se si la arruga de estos papeles es bella. En cualquier cosa resulta bastante fotogénica. Y no te olvides de arrugarte en buena compañía. Acabarás amando esos pliegues que antes rebosaban juventud y tersura.