Las entidades bancarias se han transformado en un foco de indignación. Existen muchas maneras de robar y seguramente muchas de sus actividades van por ese camino. Pero no son los únicos. La lista de delincuentes se extiende a demasiados políticos, empresarios, constructores, arquitectos-ingenieros, jefecillos de personal, mafiosos, estafadores, pedigueños profesionales, listillos, carteristas, toxicómanos, y ladrones violentos.