Acariciaba vacíos saturados
Soñaba espacios desnudos
Evocaba recuerdos imposibles
Masticaba silencios líquidos
Devoraba soledades húmedas
Bebía partituras amargas
Exploraba oscuridades sórdidas
Domesticaba recortes infinitos
Sentía caricias inútiles
Digería miradas insondables
Revivía esperanzas agónicas
Sufría deseos anorgásmicos
Pensaba paradigmas anquilosados
Descubría soledades angostas
Fabricaba risas aburridas
Repartía miserias relativas
Regulaba hipotecas basura
Obedecía normativas estériles
Escribía poemas aburridos
Vomitaba máquinas oxidadas
Reparaba errores acertados
Pulverizaba palabras sin sentido
Inventaba sonoridades huecas
Recetaba dolores amargos
Extirpaba miedos sepulcrales