martes, 5 de marzo de 2013

Elogio de la lentitud


Le gustaba acariciar y besar suave y dulcemente. Se tomaba el té con calma y parsimonia. Comía pausadamente y masticaba con deleite la comida. Conducía con mesura y nunca aceleraba más de la cuenta. Daba largos paseos con ritmo seguro y constante. Disfrutaba con las películas lentas. Especialmente el cine japonés de Ozú y Kurosawa. Dibujaba, leía, escribía, soñaba, pensaba, amaba y fotografiaba lentamente. Pero trabajaba acelerado en una cadena de montaje tipo “Tiempos Modernos”.