Afectos y efectos fotográficos
Todos deseamos ser amados y respetados. A nuestras fotos les deseamos lo mejor de lo mejor. Para conseguir la admiración e incluso la veneración de nuestros semejantes solemos someter a nuestras imágenes a una especie de maquillaje sobrecargado a base de trucos de cámara de laboratorio o de ordenador. Caemos en el error que con afeites y trucos de magia excesivos nuestras fotografías serán más reconocidas. La belleza sobrecargada o el documento supermanipulado suelen dar más lástima que otra cosa