Errores y terrores fotográficos
A fuerza de precaución, estudio, práctica y perseverancia es posible evitar, enmendar, corregir, evitar o disimilar los mil y un errores que cometemos en nuestras fotografías y en nuestra vida en general. Más difícil, en cambio, resulta superar, orillar, curar, diluir o destruir esos miedos terroríficos que hacen que nuestras imágenes sean una birria y que nuestra vida no merezca la pena.