Cumpleaños estivales
Guardo un grato recuerdo de mi 56 cumpleaños. Kimberlin y Alejandra inmortalizaron con su gracia e ingenuidad infantil el evento. Las dos artistas coinciden en describirme con poco pelo, demasiada cabeza y una cara de felicidad que no se la salta un torero. Es cierto que me sobran kilos, canas, achaques y cansancio. Pero afronto mi nueva edad con una publicación, una exposición y un congreso entre manos. No me falta trabajo, ni afecto, ni ternura. Me, siento en fin, un hombre dichoso.