Caja para regalo.
Durante un tiempo se sintió la caja más feliz del mundo. No importa que en su seno acogiera un regalo de Navidad o de cumpleaños. Con tanto adorno parecía casi tan importante como su contenido. Se sentía querida y deseada. Pensaba que se quedaría en aquella casa para siempre. Pero cuando la abrieron la dejaron de lado y al final la acabaron tirando. Eso si, su calidad y su belleza era tal que pensaron que alguien la podría reutilizar, o al menos fotografiar.