Un cuaderno de notas vacío es como una mujer desnuda y enamorada. Está esperándote que la cubras de besos y caricias y sobre todo se muere de ganas que la penetres. El lápiz, boli o pluma hacen las funciones de pene.
Escribir es para mí como hacer el amor. Bueno, algo parecido. Las libretas son frías y no suspiran, ni responden tus caricias. Pero me niego a pensar que escribir es una especie de masturbación intelectual entre tu cerebro y la nada.