sábado, 29 de marzo de 2014

Señoras y señores

Ocurre con cierta frecuencia en las líneas del tren de cercanías y del metro de Barcelona; una persona de aspecto humilde deja cerca de tu asiento una bolsa de pañuelos desechables y un curricullum de desventuras. Al llegar al final del vagón regresa recaudando limosnas y/o recogiendo los pañuelitos. La falta de salud y de trabajo, menores de edad necesitados y la bendición de Dios nuestro señor se mezclan en un texto redactado en un esforzado castellano.