Parar el tiempo
El reloj suele avanzar demasiado deprisa. Sobretodo cuando las canas, los achaques, el cansancio y las arrugas te derrotan. Encontrar la manera de detener, o al menos frenar, el tiempo sería una solución al terrible fin que nos espera. Por eso los relojes pintados, dibujados o estropeados nos regalan una falsa esperanza de eternidad.