La cerradura miedosa
Rodeada de una multitud de agresivas pegatinas de cerrajeros de urgencia, rápidos y eficaces, la cerradura se acojonó y acabó enfermando. Sus precisos mecanismos se llenaron de pensamientos negativos, lloriqueos, incontinencias urinarias, óxidos, reumatismos, y torpezas. Ninguna llave pudo con ella. Su dueño llamó a uno de los teléfonos de los anuncios. Le pegaron un sablazo y le pusieron otra cerradura miedosa a la publicidad de las cerrajerías.