Tal vez el cuerpo me pida no hacer nada importante y liberarme de lastres emocionales, ambiciones profesionales, aspiraciones artísticas, sed de justicia, sueños de grandeza, kilos de más e indignamientos varios. Pero descansar demasiado, anquilosarme, pasar de todo y oxidarme, me produce desasosiego, tristeza, aburrimiento y excesos adiposos.
Resulta difícil encontrar el punto medio entre la vorágine desaforada de hiperactividad y el relax total de los jubilados, parados y enfermos.