En los tiempos que corren me maravilla y me asusta la gente que tiene fe en los dioses, en el nacionalismo, en la revolución cultural o en el PP. Entre unos y otros suman una ruidosa y oscura mayoría que ahogan a la diosa razón y a la democracia. Por mi parte espero no llegar a conocer nunca a ningún dios, ni ningún presunto paraíso socialista o nacionalista. Tampoco quiero que me reeduquen Y espero que el infierno pepero acabe pronto de una vez.