Imposible saber quien se ha tomado un café expreso y un chocolate a la taza. Tal vez fueran unos viejos amigos que de tarde en tarde quedan para comentar como van las cosas. Seguro que hablaron de aficiones comunes, de la familia, de trabajo y de política. A lo mejor se trata de unos jóvenes que empiezan a salir juntos. Seguro que hablaron más los ojos que los labios y que, a pesar del buen tiempo, su deseo les lleva a la oscuridad de una cama de matrimonio. Podría ser que la pareja fuera en realidad una expareja. Hace años que se separaron pero no han dejado de amarse en la distancia y en otros cuerpos. En sus palabras y en sus silencios se mezcla el recuerdo de ternura y desamor, de un presente cargado de soledad y de un futuro de reencuentros.
