martes, 6 de marzo de 2012

No dar portazos

El autor del cartel lo pide educadamente por favor. Pero seguro que muchos de nosotros lo exigiríamos como un derecho humano que se vulnera impunemente. Un portazo es como un puñetazo en la boca, una patada en la boca o una puñalada trapera. Es una agresión inútil, zafia, tosca y criminal. Nuestros oidos estallan, nuestra paciencia se agota, los nervios nos devoran y el malestar nos vence.

El portazo es una historia que se repite hasta el infinito. Sin duda pervivirá al autor de este blog y a sus lectores.  Ni los Mossos d'Esquadra, ni la Policía Nacional, ni los guardianes de la moral islámica, ni siquiera la policía del pensamiento orwelliana acabarán con él. Es una plaga, un vicio, una tortura y una desventura. Si usted tiene una solución al problema, dígamelo. Muchas gracias.