Si las cosas se ponen feas siempre podemos emular a Alice Liddell y meternos dentro de un espejo. La mejor manera de hacerlo es leer o releer "A través del espejo" de Lewis Carroll. No me atreví a preguntarle si yo era el mejor fotógrafo de Barcelona. pero me armé de valor y quise saber su opinión sobre mi blog. Me dijo que era un espejo viejo y achacoso. Y que sus antiguos propietarios lo habían tirado al basurero hacia algunas horas. En su antigua vivienda no tenían conexión a internet y no tenía ni idea de mis escritos y de mis fotos.Eso si, me dijo que tenía bastante buen aspecto para ser un cincuentón.
El primer requisito para poder penetrar en un espejo es no sufrir obesidad, ni ser demasiado grandote. El segundo andar sobrado de imaginación e ironía. A pesar de rondar el metro noventa me encogí un poco y pasé por los pelos. Ustedes lo pueden ver en las fotos. Soy un tío demasiado grande para un espejito mágico. Pero caber, quepo.
En el reino de los espejos no hay crisis, ni paro, ni frío, ni calor. El primer problema evidente es que todo está invertido. De esta forma hay que saber leer al revés. De otra forma, no te enteras de nada. Allí nadie pasa hambre. En todas las grandes avenidas y plazas existen una especie de comedores sociales en los que uno puede saciar su hambre y su sed. También hay bares y restaurantes más o menos lujosos y exóticos que la gente suele visitar para grandes celebraciones. También existen unos supermercados de marcas blancas suspersupersubvencionados. De esta forma ya no existen supers tipo Día o Mercadona. Pero el Supermercado de El Corte Inglés y varios colmados selectos suelen ser visitados por quienes quieren darse un capricho de vez en cuando.
La mayoría de la gente trabaja en empresas públicas. Pero también existen empresas privadas que suelen ofrecer buenas condiciones económicas. La sanidad y la educación no sufren recortes y son totalmente gratuitas. La mayoría de los ciudadanos viven en pisos de alquiler social. Su costo suele ser de un 25% del salario básico. Pero también existe el mercado de la vivienda libre para emprendedores afortunados.
Me desperté con un fuerte dolor de cabeza. Observé que podía leer el calendario normalmente y que todo estaba en su sitio. Eso sí, al volcar la tarjeta de memoria de mi cámara al ordenador aparecieron unos autorretratos en un espejo que no recordaba haber tomado.