domingo, 11 de marzo de 2012

Corderos asustados

Gracias a la insistencia de Francesca ayer comimos cordero en la calçotada, quien no llora no mama. Tal como dice  Etel en su último email, ahora toca hacer bondad con frutas e infusiones. Me permito añadir unos cuantos paseos y bastantes verduras. Mi estómago está saciado de carne, pero no de justicia. En los tiempos que corren muchos de nosotros nos sentimos como corderos asustados y asqueados de unos pastores que van a la suya y sólo piensan en explotarnos por nuestra lana, nuestra leche y, Dios no lo quiera, por nuestra carne.