Bragas comestibles.
No se porqué, pero siento una oscura y turbia fascinanción por las sillas, las mesas, las camas, los juegos de ajedrez, los paraguas y hasta las gafas plegables. También me apasionan los ordenadores portátiles, las antiguas cámaras de fuelle, las navajas suizas, los bolígrafos multicolores, los paquetes integrados informáticos, las cámaras fotográficas anfibias, la ropa y zapatos de Gore-tex, los menús completos, las tarifas de transporte integradas, los pantalones desmontables, las chaquetas convertibles y las bragas comestibles.