Todavía está por inventar el sistema político y económico que garantice plenamente las libertades y un justo reparto de la riqueza. Considero que en un hipotético Estado catalán seguramente no estaremos mucho mejor que con el resto de las Españas. Pero tampoco tenemos que estar a medio plazo necesariamente peor.
Conceptos como democracia, solidaridad y justicia son en la práctica contradictorios como los estados que
conozco. Eso sí, algunos pisotean más que otros los derechos humanos más elementales.