Añoro el tupé de mis años mozos. Por eso cuando vi las fotos de los dos jovenzuelos no puede evitar evocar tiempos mejores. Pero ni la juventud de los modelos, ni la calidad de la foto, ni el espectacular peinado y corte de pelo ha evitado el inmerecido fin de estas imágenes. Demasiadas personas sobradas de juventud, encanto y preparación también sufren problemas parecidos y aún peores. La vida es muy injusta. El papá Estado cada vez nos dejá más tirados.