Es cierto, existen perros potencialmente peligrosos. Pero el riesgo, la inseguridad y las amenazas pueden llegar de dónde menos te lo esperas. Por ejemplo de ciertos políticos soberbios y/o corruptos, empresarios mafiosillos, listillos variopintos, iluminados santurrunes, chorizos propiamente dichos y animales más o menos agresivos.