domingo, 16 de febrero de 2014

Tiempo libre

Tener tiempo como insulto, pecado, falta o menoscabo

Durante mucho tiempo conservé, más o menos, intacto un bien intangible particularmente reconfortante. Sin hacer un pacto con el Diablo, ni nada parecido, he podido estudiar, investigar, leer, escribir, fotografiar...

Los efectos de los recortes, el cansancio de la edad y ciertos compromisos familiares han disminuido mi capital temporal. Pero aún así voy sobrado para llevar este blog y continuar haciendo bastantes cosas.

Mi tiempo libre ha sido un gran tesoro que he intentado administrarlo con sabiduría. Regalándome algunos caprichos con cierta frecuencia.

Sin embargo demasiados individuos menosprecian ese banco del tiempo que me he auto-regalado. Sienten celos y envidias por que mi agenda disponga de huecos para ver exposiciones, ir al cine, dar paseos o tomar café con mis amistades y porque no me aburra como una ostra cual prejubilado ocioso. A toda esa gentuza les digo, “que os den.”