He pasado la noche durmiendo con un cadáver. Antes de acostarme suelo calentar un vaso de leche que me ayuda a conciliar el sueño. Pero de repente mi viejo microondas empezó a echar chispas. Le limpié y revisé, pero continuó fallando. Me sentí muy extraño calentando la leche en la cocina de gas.
Por la noche soñé que me había convertido en una extraña mezcla de puercoespín, erizo y Espinete. En el fondo me sentía feliz. Los agobios de la hipoteca, las amenazas del ERE y los recortes en general se habían esfumado de mi vista. Eso sí, tenía que buscarme la vida y huir de los depredadores. Pero por lo demás me sentía bastante bien.
Me desperté horrorizado con los pelos de punta. Daba pánico verme con el cabello erizado. El microondas seguía sin funcionar y opté por desayunar en el bar provisto de una buena gorra.. Después entré en una peluquería. Le pedí al barbero que me lo dejará al cero por la vía rápida y me quedé muy descansado. A continuación fui al Hipercor buscando la oferta de bueno, bonito y barato y transprote gratis para los usuarios de la tarjeta de El Corte inglés. Allí me esperaban desagradables sorpresas.. Esta vez me cobraron ocho euros por el transporte. También habían puesto, horror, máquinas automáticas para cobrar. Una bonita forma de generar empleo y confusión entre los clientes. Elegí un modelo sencillo de esos que sólo sirven para calentar. De momento funciona bien. Ahora duermo mejor por las noches. Eso sí parece que el pelo me crece demasiado deprisa y demasiado en punta.