Se supone que al tomar fotografías seleccionamos un fragmento de una
realidad buscando una armonía, una idea,
un sueño o un delirio. Pero los
fotógrafos solemos ir sobrados de contradicciones, cansancio y confusión. Por eso muchas de nuestras
imágenes parecen colonizadas por el desorden y el caos. Descansar y clarificar
nuestras dudas es la mejor forma para acabar con la entropía que afecta a
demasiadas imágenes.